En la anterior entrada Diálogos que nos envenenan, vimos como en una situación de discusión en pareja, hay formas de expresarnos, estrategias de diálogo, que nos perjudican y que debilitan el vinculo afectivo.
Es importante saber qué comportamientos no nos ayudan, no son adaptativos, para reducirlos y eliminarlos si así lo deseamos. Igualmente importante es conocer aquellos alternativos que van a favorecer la relación. Seguro que alguna vez has escuchado de tu pareja o de tus amigos frases como “No me gusta que te comportes así” pero ¿Cuantas veces te han ofrecido una alternativa positiva a tu comportamiento?
A continuación vamos a ver qué pautas son positivas y por tanto útiles, para no quedarnos simplemente en reconocer lo que no me sirve y pasar a actuar de una forma positiva, creando una dinámica saludable en la relación afectiva.
Antes que afirmar, pregunta.
Conocemos a nuestra pareja y por ello podemos caer en el error de interpretar una situación con la idea que yo tengo de lo que está pensando. Es decir, interpreto, supongo, adivino, sus intenciones. Estaremos basando nuestro razonamiento en una suposición.
Por ello, evitar anticiparse y preguntar nos va a ser muy útil. Utilizaremos preguntas que ayuden a la otra persona a buscar respuestas en ella misma y que reduzcan el conflicto .
Seguro que encontramos diferencias en estas dos preguntas:
- ¿Cómo es que siempre llegas tarde a casa y tengo que esperarte para cenar?
- En los últimos días, veo que estas llegando más tarde a casa, ¿Es porque tienes mucho trabajo o hay algo que hace que te retrases?
Las respuestas seguramente sean muy diferentes, no sólo en contenido, también la reacción emocional variará en función de nuestra elección. Al escuchar la primera pregunta probablemente nuestra reacción sea de defensa.Sin embargo, si formulamos la segunda estaremos ofreciendo varias alternativas, la persona no se verá atacada e incluso se animará a aclararnos las dudas que tenemos.
Nuestra comunicación se enfoca en la solución y prevención de conflictos. No estamos buscando un culpable, si no conocer la situación. Recordemos que el objetivo es ganar los dos.
Antes que sentenciar, confirma.
Utilizar las respuestas que te da tu pareja para confirmar que hemos entendido bien lo que nos quiere transmitir, no sólo nos sitúa en el buen camino sino que además, hace que los dos estemos de acuerdo con la conversación. Nos vamos a sentir escuchados, comprendidos y satisfechos por entendernos. La conversación lejos de ser competitiva, sigue siendo colaboradora.
Antes que explicar, evoca.
Expresarnos mediante una comunicación evocadora ayudará a que nuestra pareja entienda no sólo nuestras razones si no también nuestros sentimientos. Evocar sensaciones y emociones será una estrategia de diálogo mucho más persuasiva que el mero uso de la argumentación basada en la lógica.
Veamos un ejemplo:
- «Cuando sin darte cuenta, me hablas con ese tono, me provoca tristeza y rechazo».
- «Cuando sin darte cuenta, me hablas así, siento como si un jarro de agua helada me cayera encima, me dan ganas de alejarme de ti».
Piensa..y actúa.
Aunque sabemos que nuestra forma de interpretar el mundo va a condicionar nuestras emociones y comportamientos…
¿Cuantas veces sabemos lo que deberíamos hacer para sentirnos mejor y no somos capaces de ello? Para muchas situaciones, no sólo es necesario saber qué tengo que hacer, si no también actuar y poner en práctica aquello que quiero cambiar.
Es necesario por tanto, planificar, concretar y poner en marcha los acuerdos a los que hemos llegado mediante el diálogo. Además de entender qué es lo que nos molesta en pareja, actuar para ese cambio.
Fotografía: Wiertz Sébastien