6 Pautas para orientarte en la solución de problemas

5/5 - (1 voto)

wpid-wp-1444995881883.jpeg

Pensando sobre la elaboración de este artículo, vino a mi recuerdo aquel tiempo de formación en la universidad. Recuerdo a mi profesora decir que los problemas, por definición, eran «solucionables». Que si no tenían solución, eran otra cosa.

Suelo debatir esta idea y encontrar diferentes puntos de vista. Estaremos de acuerdo o no, pero cuanto menos ya nos indica que mi percepción de los problemas, va a influir en la forma en la que los aborde. Como algo solucionable o  viviéndolos desde la angustia y la preocupación.

Pautas en la solución de problemas

Para poder manejar mejor las situaciones conflictivas, vamos a ver una serie de pautas que nos ayuden en esa gestión positiva:

1. El primer paso es Analizar la situación. Definir qué pasa y ser exhaustivos en obtener toda la información que sea relevante para la resolución del problema. Cómo, cuando, quien interviene, dónde, etc. Es importante que estos datos sean objetivos y no creencias o suposiciones.

2. Determinación de Qué es importante para mi. Mis criterios. Aquí determinaremos que aspectos no son aceptables, que cambios te gustaría conseguir, qué te puede ayudar a solucionar el problema o que te lo impide.

3. Una vez que ya tenemos toda esta información, iniciaremos la búsqueda de soluciones. En este punto no descartaremos ninguna idea, todas las propuestas serán válidas, ya que es el momento de valorar todas las posibles perspectivas. Intentaremos que las propuestas sean claras y concretas.

4. Escucha emocional. Qué siento, qué necesito. Coge la lista de posibles soluciones e intenta visualizar o imaginar su puesta en marcha. Presta atención a tus emociones, ¿Cómo te haría sentir esa solución? ¿Satisface tus necesidades? anótalo y realiza el mismo ejercicio con las demás opciones.

5. Elección de la opción más favorable. Una vez pensadas las opciones, de haber valorado qué es importante y cómo me harían sentir cada opción, vamos a proceder a elegir. Para ello valoraremos cada opción en función de su utilidad, por ejemplo:

¿Esta opción, puedo llevarla a acabo? ¿Esta opción, me ayuda a solucionar el problema?, ¿Satisface mis necesidades? ¿Que consecuencias me supone tomar esta opción? (sociales, emocionales, económicas,etc)

En función de estas conclusiones, elegiremos una de las alternativas, la que se acerque más a nuestros objetivos.

6. Puesta en marcha de la solución y valoración de su efectividad. En el caso de que esta solución no resultara efectiva, iniciaríamos de nuevo el proceso, incorporando la nueva información obtenida.

Poner en practica estos pasos ante un problema a solucionar, hará que analices la información desde la razón, y también escuchando tus emociones. Por lo que estarás valorando y considerando todas tus necesidades. Además, conseguirás organizar la información en tu mente, teniendo una idea más clara y estructurada de la situación en la que te encuentras.

Fotografía: @psicojana

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *