Se define como atracón aquella ingesta de alimentos, en la que la cantidad de comida es elevada, se realiza de forma impulsiva y sentimos una pérdida de control. Cuando estamos dándonos un atracón no podemos controlar la cantidad que comemos o no podemos resistirnos.
La conducta de atracón suele aparecer tras periodos en los que nuestra alimentación ha sido restrictiva, como cuando seguimos una dieta muy severa. También si realizamos ayunos, o los utilizamos como herramienta para manejar un malestar emocional.
Para identificar el atracón y diferenciarlo de una comida copiosa, tendremos en cuenta, y valoraremos, algunas características que definen este comportamiento.
Generalmente los atracones se realizan a escondidas, los alimentos consumidos son de alto contenido calórico y se ingieren a gran velocidad.
El atracón no es picoteo. La ingesta se prolonga como máximo durante dos horas, hasta que la persona ya no puede más.
En ocasiones el evento se planifica con antelación, intensificándose según el nivel de ansiedad. A mayor ansiedad previa, mayor compulsión, más rapidez y más cantidad de comida se ingiere. Aunque pueden ocurrir a cualquier hora del día, son más frecuentes por la tarde y por la noche.
La conducta de atracón no se restringen a un sólo lugar, puede comenzar en un sitio y acabar en otro. Por ejemplo, comienza en un restaurante y acaba en casa.
Los alimentos que se ingieren son de fácil disponibilidad, no suelen ser alimentos elaborados debido a la urgencia que sentimos por comer y la necesidad de satisfacción inmediata.
Entre ellos, los más comunes suelen ser galletas, pan, bombones, patatas fritas, chocolates, bollos, pastas, magdalenas.
Generalmente son alimentos a los que les hemos puesto la etiqueta de prohibidos. Son alimentos que no comemos o que están fuera de una dieta probablemente estricta.
En el caso de que el atracón se compense vomitando, se suelen ingerir alimentos que favorezcan su fácil eliminación durante el vómito. Si no se beben líquidos durante estos episodios, se hará al final para facilitarlo.
La comida se traga rápidamente sin saborearla, ya que no es un hambre físico generalmente, el que estamos queriendo saciar. No es nuestro objetivo nutrirnos y disfrutar de los sabores y texturas del alimento. Es un comer impulsivo y automático.
Mezclamos todo tipo de alimentos como hidratos de carbono, grasas, salado, dulce, frío, caliente e incluso se llega a comer congelados.
Los atracones suelen estar precedidos de estados de ánimo desagradables o por diversas situaciones displacenteras. Estas situaciones pueden ser:
Con frecuencia se acompaña de un sentimiento de placer simultáneo durante el episodio. Este placer irá seguido de sentimientos de:
Este malestar suele llevarnos a la necesidad de compensar, deseando eliminar lo comido de diferentes formas.
Los pensamientos negativos que surgen durante el atracón suelen ser de permiso dentro de una emoción de desesperanza.
Ejemplos de ellos son «de perdidos al río”, “ya que he comenzado, continuo hasta el final”, “no puedo parar”, «mañana empiezo de cero».
Estaremos sintiendo que no tenemos recursos para manejar nuestra conducta y que es un proceso en el que no «soy capaz» de controlarme.
Todas estas características definen la conducta de atracón. Como comentaba al inicio, las más definitorias son la ingesta impulsiva de una cantidad de comida objetivamente grande, y la sensación de pérdida de control.
La conducta de atracón puede estar presente en trastornos de la conducta alimentaria como es la bulimia, la anorexia o el trastorno por atracón.
Si te encontrarás identificado/a con esta dinámica hacia la comida, un profesional experto en trastornos alimentarios puede ayudarte a sanar tu relación con la comida y contigo misma/o. Que puedas aprender a manejar tus emociones, a escucharlas, a decidir cómo quieres gestionarlas, utilizando herramientas saludables.
Estamos pasando por mucha incertidumbre en este momento de nuestra vida. Llevamos días en casa…
¿Por qué una relación de madre-hija/o o padre-hija/o se vuelve tirante y desagradable?, ¿Qué me…
Vale, igual con una sonrisa no vuelves exactamente, ¿verdad?. Estoy exagerando. Por mucho que quieras,…
Conocer tu autoestima te puede ayudar a sentirte mejor. Tener una buena autoestima engloba al…
Cuando algo no te gusta, ¿Lo dices? ¿Ejerces tu derecho a expresar tu opinión, tu…
Te presento 14 pautas para expresarte mejor al hablar con tus hijos adolescentes. Las conversaciones…